Aquí en Australia, dentro de las instalaciones penitenciarias del estado de Nueva Gales del Sur, entre los presos y el personal, y al igual que en el exterior, el budismo está bastante de moda. A la gente le gusta citar al Buda, pero rara vez aplican sus enseñanzas a sus vidas.
Las enseñanzas del Buda Gautama, también conocidas como Dharma, son altruistas, amorosas, compasivas y transformadoras. Sin embargo, también requiere un maestro auténtico y un compromiso serio por parte del practicante.
"Tú eres quien tiene que hacer el trabajo"
A menudo, cuando presento el Dharma, los prisioneros se sorprenden al escuchar que el Buda no es nuestro salvador.
A menudo pensamos que alguien nos salvará, como un médico, un psicólogo o un compañero de vida, de nosotros mismos y de los malos hábitos. "Tú eres quien tiene que hacer el trabajo", le explico.
He estado usando la Terapia basada en Minfulness como capellán de prisión durante más de 5 años y honestamente creo que lo he escuchado todo. El trabajo que hago es apoyar, motivar y alentar a los presos a mejorar. En un espacio privado, confidencial y seguro, los presos pueden desembarcar y compartir su historia de vida.
Solo a un capellán se le puede expresar su trauma o pesar más profundo y escucharlo con el corazón abierto. Sin condenación y sin vergüenza.
El sufrimiento ocurre porque no conocemos nuestros hábitos, nuestros apegos y nuestros deseos. Vivimos la vida creyendo que así es como debe ser.
"¿Sabías que hay otra forma de vida?"
Como terapeuta y capellán budista, abogo por reducir el comportamiento de reincidencia ayudando a los reclusos a comprender las habilidades clave necesarias para el procesamiento, la curación y el crecimiento emocionales.
A través de las enseñanzas profundas y positivas del Buda, los prisioneros aprenden sobre la naturaleza de la mente y comienzan a tomar el control de sus vidas.
Necesitamos conocernos a nosotros mismos, la naturaleza de la mente y tomar conciencia de nuestra negatividad y positividad.
Cuando le pregunto a un preso “¿sabías que hay otra forma de vida?”, A menudo me dicen que no.
La meditación es una forma de lograr la estabilidad mental.
La mayoría de nosotros vivimos nuestras vidas recordando el pasado y fantaseando con el futuro. ¿Quién quiere estar en el momento en que estás en la cárcel? Nuestra mente y la calidad de nuestros pensamientos es en realidad la prisión.
Aportar estabilidad mental nos permite pensar y reflexionar. A partir de esta mente estable, podemos desarrollar un sentido saludable de arrepentimiento y remordimiento por las acciones negativas del pasado. Solo entonces podremos comprometernos a no repetirlos nunca más.
Hoy en día, algunos dirían que Buda es el mejor terapeuta cognitivo del mundo. Al presenciar los cambios positivos una y otra vez, ¡estoy absolutamente de acuerdo!
Daniel Troyak es un terapeuta basado en la atención.
Con su apoyo, desempaqueta y descubre los contenidos de la mente.
Aprenda las herramientas para el procesamiento emocional y la curación para que pueda vivir una vida feliz, pacífica y pacífica.
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